¿Qué refleja tu espejo?

Hace un tiempo atrás, había dejado de mirarme en el espejo consciente de lo que refleja, por lo tanto me quedé con una imagen de mí misma diferente a la realidad, en ese reflejo recreado por mi mente seguía siendo talla mediana, mi cabello lucía brilloso, mi piel no tenía imperfecciones y su color era “Canela”, por hablar de algunos aspectos, este reflejo me hacía sentir bien por cómo me veía (en mi imaginación)  y no por lo que soy, .-es complicado.- diría mi padre, y, ¡vaya que lo es!

Por mucho tiempo dejé de ver mi esencia y puse todo mi esfuerzo en ser lo más parecido al patrón de mujer que una sociedad depredadora ha creado a punta de Photoshop y estilos perfectos de vida, por supuesto la imagen reflejada en mi espejo era tan distante a lo que me esforzaba en ver que dejé de observarme con detalle y amor propio para recrear con mucho dolor y sacrificio lo que pensaba debía reflejar. Pero (y que bueno es este “pero”), un día me autorretraté sin maquillaje, sin mostrar mi “lado bueno”, sin arreglar mi cabello ni buscar el mejor ángulo y pude ver el rastro de 40 vueltas al sol, no era la misma persona que veía en el reflejo construido en mi mente y se me cayó la venda de un solo tirón, ¿por qué me escondí todo este tiempo de ti? me dije, y después de superar mi episodio de ansiedad, pude verme con ojos compasivos, sin prejuicios ni auto-saboteo, sin críticas ni reclamos, con admiración y sorpresa; me enamoré nuevamente de cada rincón de mi cuerpo, de mis canas y estrías, de la celulitis, las manchas, el inicio de algunas arrugas, de mi color que dista mucho del bronceado que solía tener y vi más allá, mi corazón cálido y lleno de ganas de servir y ayudar, de mis conocimientos, mis pasiones y de la presencia de Dios quien por lo visto estaba poniendo orden en la casa y remodelando cada habitación para que nos sintiéramos ambos más a gusto, me quité toneladas de un peso innecesario, del peso del qué dirán, porque no sólo observé con detalle cada parte de mi cuerpo, también me fui a lo profundo de mi ser una vez más para deconstruir a la Raquel que 4 años atrás había empezado a re-conocerse, depurando con gentileza  cada cosa que me ha impedido sentirme plena, entendiendo que de cuando en cuando debo hacer una “limpieza profunda en el closet” para renovar todo lo que contiene, y no se logra esto en una tarde de té, aún estoy depurando y despeinando.

«… de cuando en cuando debo hacer una “limpieza profunda en el closet” para renovar todo lo que contiene, y no se logra esto en una tarde de té…»

Despeinada Raco

 

Con todo esto no quiero hacer énfasis en que sólo la belleza interior, la del alma, es la que cuenta ni que la belleza exterior, la del cuerpo, es la más importante, lo que quiero, mi querida amiga-cibernética, es destacar que el equilibrio entre ambas nos hará llevar un estilo de vida saludable,  la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como “el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”, somos un TODO y debemos sembrar buenas semillas para cosechar entonces buen fruto, ¿cómo hacerlo? Dependerá de ti, algunas cosas que me han funcionado y que trato de hacer sin sacrificios extremos ni caer nuevamente en el error de apartarme de lo que soy han sido:

• La lectura por placer de libros que me fascinan, por conocimiento para hacer crecer mi intelecto en temas del día a día y por necesidad de alimento y crecimiento del alma para lo cual recurro a la Biblia y recursos que aporten a mi situación.
• La recreación sea caminando, fotografiando detalles de la naturaleza, pintando con acuarelas, coleccionando algo, sembrando plantas, en fin, ejercitando la creatividad y conociendo para qué soy buena, muy buena o terrible, ese inventario será de mucha ayuda para tomar decisiones.
• La alimentación sana, sin dietas estrictas ni regímenes matadores.
• Luchar contra la inactividad, porque podría pasar las 24 horas del día sentada leyendo, escribiendo, navegando en la red o simplemente pensando, procuro hacer ejercicios en casa, mover los muebles de casa y la ubicación de ciertas cosas cada cierto tiempo para no tener adolorido este cuerpo tropical y decadente. Conozco la talla que quiero tener para sentirme bien sin imposiciones sociales, así que inicié a trabajar en ello.

Puedo escribir mucho, muchísimo más de este tema que quiero compartirte, así que lo haré en diferentes post, con estos títulos:

• Cómo me veo, cómo siento que me ven vs cómo me ve Dios
• Mi vida bajo la lupa del amor
• Amor propio vs Egoísmo
• Mi cuerpo, mi regalo
• Libre para amar

De antemano te digo que no soy psicóloga ni terapeuta, ya conoces mi currículo pues está en la sección Sobre Mi… de este blog, quiero que sepas que no estás sola, que quienes sufrimos en carne propia el desamor propio y lo hemos superado, las que lo sufren y luchan por amarse, y las que aún no saben cómo dar el primer paso hacia el amor propio somos más de las que crees, no te sientas mal por lo que pienses pero aprende a reconocer lo que te ayuda y lo que no.

Mi ánimo hoy para ti no es el que sigas al pie de letra las cosas que hago, no es una guía, más bien, te animo a meditar, pensar, profundizar o bailar sobre la idea de lo que realmente refleja tu espejo y tu corazón, para alinearlo con quién eres, con tus acciones y con lo que Dios ha planificado para ti, que sea tu vida el reflejo de lo que eres.

Así como el rostro se refleja en el agua, el corazón refleja a la persona tal como es.

Proverbios 27:19. La Bíblia